La conversión, ese cambio profundo, sincero y profundo, desde el interior, que es fundamento de una auténtica vida nueva. Un cambio no en las palabras o en los gestos, sino en el corazón. Un volver al Señor y a los hermanos. Hermanos y hermanas en cuyas vidas Cristo sigue soportando hoy el oprobio y la esclavitud.
Cuaresma,
que para ser auténtica y dar sus frutos,
lejos de ser un tiempo de cumplimiento
es un tiempo de conversión,
de volver a las raíces de nuestra vida en Dios.
Papa Francisco (Mensaje, 23 de febrero de 2012)
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