"Finalmente para acercarse más a los seres humanos y testificarles su amor aún más sensiblemente, la Sabiduría eterna llegó hasta encarnarse, hacerse niño y pobre y morir por ellos en la cruz. ¡Cuántas veces no exclamó cuando vivía en la tierra: «Vengan a mí, ¡acérquense a mí todos! (Mt 11,28)."
San Luis María de Montfort, El Amor de la Sabiduría Eterna 70
Desde este rincón de la Pastoral Juvenil Gabrielista
os deseamos, de todo CORAZÓN,
¡FELIZ NAVIDAD!