Miércoles de Ceniza
En
la antigüedad los penitentes cubrían su cabeza de ceniza y se colocaban en las
puertas de los lugares públicos para mostrar su arrepentimiento y ganar la
benevolencia de Dios…
Y aún hoy la puerta de entrada en la cuaresma es
para nosotros el miércoles de ceniza. Y reproducimos, aunque sea de modo
simbólico, aquel gesto, mientras se nos dice «conviértete y cree en el
evangelio» (una vez dejado atrás aquel enunciado un poco más sombrío que era
«recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás»). Cuando uno es niño quizás
le parece gracioso, chocante, hasta algo exótico eso de que te tiznen la frente
con ceniza. Pero ya no somos niños. ¿Cómo encontrarle un sentido pleno a ese
gesto? ¿Qué significado le damos hoy? ¿Qué palabra se nos propone?
(...)
Esta reflexión está tomada de la web de pastoral de los Jesuitas de Castilla-León, pastoralsj.org (Puedes leer el texto completo AQUÍ).
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