Esta Jornada fue instituida por el Papa Juan Pablo II en 1997, con una triple finalidad:
1º. alabar y dar gracias al Señor por el gran don que supone para la Iglesia la vida consagrada;
2º. promover en el pueblo de Dios su conocimiento y estima, e
3º. invitar a los consagrados y consagradas a celebrar juntos las maravillas que el Señor ha realizado en ellos.

El lema de esta Jornada "Jóvenes consagrados, un reto para el mundo" hace referencia explícita a los jóvenes, chicos y chicas consagrados. Una realidad que demuestra que la vida religiosa sigue teniendo un atractivo particular en nuestro tiempo, que puede llenar vidas exigentes y engendrar felicidad en su entorno. La donación gratuita y generosa de la propia persona fascinada por la llamada del Señor, la felicidad de su consagración, la vida en comunión fraterna, el entusiasmo por el anuncio de Jesucristo y el servicio a los más pobres, son los retos de estos jóvenes religiosos a la cultura de hoy. Como son los de los religiosos y religiosas de corazón joven para amar y apasionarse por el Evangelio, desgastados en la alegría y en el gozo de servir a Dios y al hombre, llenos de años de experiencia, pero disponibles para acoger la voz del Espíritu que nos hace nacer de nuevo; así la vida religiosa recobra su juventud y renace para una esperanza viva. Esta es la exigencia de nuestro tiempo y el fruto del permanecer firmes en la fe, porque nos hemos dejado seducir por Jesucristo.
0 comentarios:
Publicar un comentario